¿Puedo quitar ya el pañal a mi hijo?
Cuando quitar el pañal a los niños pues sin duda uno de los grandes quebraderos de cabeza de los padres y uno de los cambios más importantes que experimenta el bebé en los primeros años de vida. Pues bien, no existe una respuesta única a esta pregunta que es sin duda una de las más cuestionadas por padres y madres en su día a día, ya que, todo depende del desarrollo físico y psicológico del niño. Neurológicamente los niños suelen estar preparados para dejar el pañal entre los dos y los tres años de edad, algunos incluso antes, y otros después.
Tal y como apuntan los expertos, normalmente los niños pueden controlar la caca hacia los dos años, el pipí diurno entre los dos años y medio y los tres años, y el pis nocturno pueden tardar un poco más. No obstante, como hemos mencionado con anterioridad a nivel cognitivo no es hasta los dos años de edad cuando están preparados incluso hay algunos que bastante más tarde, pero no por ello puede significar que exista algún problema en su desarrollo.

Tips que ayudarán al niño
- Familiarizarse con los términos
de pipí, caca, vater, orinal es
fundamental para que el niño tome conciencia de sus necesidades e identifique,
por tanto, si tiene, o no, ganas de ir al baño. Cuando veamos señales claras
debemos preguntarle “¿Tienes pipi?, ¿Quieres hacer caca?”. - Enseñar a nuestro hijo a que reconozca las distintas
partes de su cuerpo y lo que ocurre con ellas. - Enseñarles
la diferencia entre estar limpio y seco, o sucio y mojado. - Convertir
en hábito el hecho de ir al baño como una rutina diaria más. Para ello suele
ayudar sentar al niño siempre a las mismas horas en el orinal,
preferiblemente después de las comidas, y llevarle con frecuencia al baño. - Acompañar
de estímulos positivos mostrando alegría y satisfacción cuando lo hagan bien. - Nunca
regañar al bebé por haberse hecho caca o pipí encima. - Evitar
las prisas. Los niños necesitan tiempo para adaptarse por eso, también es
positivo normalizar la situación y que vean el hecho de ir al baño como algo
cotidiano que también hacen los mayores y hermanos.
En la escuela infantil intentamos que este periodo sea lo menos traumático posible, tanto para los niños como para los propios padres. Para ello, llevamos un seguimiento y un acompañamiento continuo en todo el proceso que entendemos, no es fácil, y hacemos partícipes a los padres de cada logro o evolución al respecto.