LA IMPORTANCIA DEL INGLÉS EN LA ETAPA DE 0 A 3 AÑOS.
Hoy en día, en la edad adulta, vemos el aprendizaje de una nueva lengua extranjera como algo difícil de alcanzar. Nuestra capacidad de adquirir las diferentes destrezas son más reducidas que la de los niños y es que, en la infancia, aprender un nuevo idioma que no sea el materno ayuda a adquirir una mejor perfección fonética y contribuye de una forma positiva a un buen desarrollo social e intelectual del niño.
Nuestro objetivo como docentes expertos en la enseñanza inglesa en la etapa de los 0 a 3 años no es que se desarrollen en las habilidades escritas, orales o de lectura ya que no tienen una capacidad cognitiva tan desarrollada como para alcanzar esos aspectos. Lo que perseguimos es que adquieran el inglés, en este caso, como una forma natural, lúdica y estimulante en la que el juego y la imitación estén presentes. Es aquí donde el niño se sentirá seguro y estará reforzando su propio aprendizaje.
¿Cómo aprenden los niños en la etapa de 0-3 años?
Como expertas en el sector educativo y desarrollando las ideas de Piaget (famoso teórico con una gran influencia en el desarrollo cognitivo del niño) tenemos que saber cómo funciona el cerebro del niño para poder enseñar una lengua.
Los conocimientos y estudios realizados nos muestran que el bebé a los seis meses de edad es capaz de identificar los sonidos de todas las lenguas, es importante que las figuras de apego estimulen al niño hablándole. Es incluso más curioso que desde el vientre materno, los niños identifican la voz de su madre desde las 25 semanas y, por lo tanto, es una ventaja en su desarrollo intelectual y emocional.
¿Qué ventajas tiene aprender una nueva lengua extranjera?
Nosotros afirmamos que aprender inglés conlleva las siguientes ventajas:
• Hacemos a los niños más creativos y comunicativos con capacidad de desenvolver sus habilidades en un futuro, de una forma autónoma.
• Adquieren la conciencia de que el mundo no es igual, que hay
diferentes vías por las que su conocimiento puede ser enseñado.
• Mejorarán la resolución de problemas, la flexibilidad mental y su capacidad memorística.
• Estarán dispuestos a aceptar a niños y niñas con diversidad cultural con un nivel beneficioso a nivel cultural y social porque aprenderán costumbres, ideas, pensamientos y valores distintos a los nuestros.
• A nivel emocional estarán más felices y motivados porque nuestra manera de enseñar no es tan básica y tan lineal como nos sugieren las leyes educativas.