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EDUCACIÓN EMOCIONAL

marzo 14, 2023
  1. DESARROLLO EMOCIONAL

La Inteligencia Emocional ha sido definida por Daniel Goleman como “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, así como los ajenos, de motivarnos y de saber manejar las emociones”.

Tal y como afirman Campos y col., citado en López (2011), “El desarrollo emocional
es un conjunto de cambios que se dan en las diferentes dimensiones de la vida emocional: expresiones emocionales, comprensión emocional, empatía, regulación emocional y objetivos y comportamientos”.

Según López (2011), aprendemos a interpretar el mundo que nos rodea y emitir
respuestas emocionales a través de la relación temprana que surge entre sus familiares o la persona que le cuida. Al descifrar el menor comportamiento del bebé como algo
intencional, nuestras acciones son las que le enseñan a dar un significado a las suyas,
como por ejemplo sonreír para que le hagamos caso y llamar nuestra atención, llorar para que le atendamos etc.

1.1. ¿Qué es la educación emocional?

La Educación Emocional, basándonos en la definición de Rafael Bisquerra, es un proceso educativo, continuo y permanente, que busca desarrollar las habilidades emocionales para plantar cara a los retos del día a día, con la finalidad de mejorar nuestro bienestar personal.

Algunos objetivos de la educación emocional son los siguientes:

  • Reconocer e identificar las propias emociones y las de los demás.
  • Aprender a regular nuestras emociones.
  • Controlar las emociones negativas y potenciar las positivas.
  • Conseguir una mejor actitud a la hora de enfrentar problemas.
  • Aprender a gestionar conflictos.
  • Mejorar la motivación y mejora de la autoestima.

Podemos decir que, la Educación Emocional es una vía para lograr competencias que son básicas para la vida y el día a día, y que nos ayudarán a lidiar con situaciones de estrés o ansiedad.

Bisquerra afirma que “Las emociones infantiles cumplen una función de supervivencia, ya que permiten expresar tempranamente las necesidades que tenemos”.

Los niños necesitan mostrar y expresar sus emociones tanto positivas como negativas, necesitan llorar, al igual que necesitan enfadarse. Por eso, los adultos tienen que mostrar cariño y amor al niño, sean cuales sean sus emociones en ese momento, para que ellos aprendan que se puede estar triste o contento, que ambas dos, indistintamente existen y ninguna es peor o mejor que la otra. Esto ayudará a que el niño facilite un sentimiento de su permanencia, ya que esté triste, enfadado o alegre sigue siendo la misma persona.

Las rabietas, la frustración, y la aparición del No, son momentos indispensables en la evolución de los niños, Son etapas por las que tiene que pasar para que poco a poco construyan su autoconcepto y autoestima, algo que terminará creando su propia personalidad. El papel de los adultos y la escuela, es acompañarles en estos momentos, mostrándonos tranquilos antes estas actitudes, verbalizando qué emociones sienten y ayudándoles a resolver los pequeños conflictos que se les presenten, para que se sientan comprendidos y poco a poco vayan construyendo su propia identidad.

1.2. Fundamentos de la Educación Emocional

Para el desarrollo de la Educación Emocional se han integrado conocimientos de diferentes áreas para unificar una acción fundamentada (Bisquerra, 2012):

  • Movimientos de renovación pedagógica: Se propone una Educación para la vida donde las emociones o la afectividad tienen un papel protagónico.
  • Teoría del aprendizaje social de Bandura: En su teoría pone énfasis en el rol que tienen los modelos de aprendizaje y propone la inclusión del modelado como estrategia de intervención. Asimismo, enfatiza el análisis de modelos (profesores, padres, compañeros, etc.) y la influencia que tienen en los valores, actitudes, comportamientos y creencias.
  • Neurociencias: A través de esta rama se puede conocer mejor el funcionamiento cerebral de las emociones. Algunos hallazgos indican que las emociones activan respuestas corporales, las cuales son difíciles de controlar. Por lo tanto, es fundamental la enseñanza de la regulación de emociones.
  • Psiconeuroinmunoendocrinología: Indica cómo las emociones, tanto positivas como negativas, pueden influir en el sistema inmune y endocrino; demostrando la relación de estas no solo con la educación sino también con la salud.

Según el informe Delors (1996), Hoy en día la Educación en las escuelas está basada en 4 pilares fundamentales:

  • Aprender a conocer,
  • Aprender a hacer,
  • Aprender a vivir
  • Aprender a ser.
  • Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias. Lo que supone, además: aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
  • Aprender a hacer a fin de adquirir no sólo una calificación profesional sino, más generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo. Pero también, aprender a hacer en el marco de las distintas experiencias sociales o de trabajo que se ofrecen a los jóvenes y adolescentes, bien espontáneamente a causa del contexto social o nacional, bien formalmente gracias al desarrollo de la enseñanza.
  • Aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia –realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos- respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.
  • Aprender a ser para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal. Con tal fin, no menospreciar en la educación ninguna de las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitud para comunicar…

De estos 4 pilares, los dos últimos (aprender a vivir juntos y aprender a ser) hacen referencia a la Educación emocional.

1.3. Evolución emocional infantil

Para que los niños puedan proyectar las emociones, necesitan relacionarlas con sus experiencias y verbalizarlas. Al niño en etapa preescolar ya no le basta con reír o llorar para expresar cómo se siente, desea contar lo que está viviendo porque eso le hace saber que está presente en el mundo y que su experiencia es importante. 

No olvidemos que para los pequeños la vida es como un libro que aún está casi vacío y desean llenarlo de grandes momentos. Aquí es donde la memoria emocional hace su aparición. Cada experiencia se convierte en un recuerdo enmarcado por una o varias emociones en particular. Este proceso de experiencia + memoria + emoción influirá directamente en su conducta, en su formación y, por ende, en su personalidad.

EDADEXPERIENCIA/ RECONOCIMIENTO
0-12 mesesExperiencia de emociones básicas
6-12 mesesReconocimiento de la expresión de
emociones básicas en sus progenitores o cuidador.
18 meses- 2 añosExperiencia de emociones secundarias
2-3 añosEtiquetado verbal de emociones básicas
2-4 añosReconocimiento del propio estado de
ánimo.
4-5 añosReconocimiento de las emociones básicas propias
6-7 añosReconocimiento discriminante de las
emociones propias y ajenas
7 añosConocimiento de las emociones propias y ajenas, totalmente establecido

2. EDUCACIÓN EMOCIONAL EN EL AULA

Si tenemos en cuenta que las emociones surgen de forma involuntaria y automática, no tiene sentido decir el tipo de frases que se suelen escuchar tan a menudo en las aulas o en casa: “No llores”, “no te enfades”, “no tengas miedo”, “no te pongas triste” …etc., porque simplemente la persona que las siente no las puede evitar. Lo que sí podemos hacer con los menores es acompañarles en su emoción para que puedan regularlas de forma satisfactoria, y así contribuir a su bienestar emocional. Y para que la respuesta a la emoción predominante sea saludable, el primer paso es ayudarles a identificarlas (ponerles nombre). Solo siendo consciente de las emociones será posible expresarlas, aceptarlas y actuar en consecuencia.

Para ello, podemos hablar en clase de las seis emociones básicas, presentes en todos los seres humanos, independientemente de su raza y procedencia: Tristeza, Enfado, Alegría, Miedo, desagrado y Sorpresa.

Las emociones cumplen con diversas funciones: 

  • Nos ayudan a transmitir cómo nos sentimos. Constituyen un medio no verbal bastante efectivo de comunicación.
  • Son clave para percibir nuestro entorno. Cada persona percibe el medio en función de sus intereses y formas particulares de interpretar el mundo; incluso un mismo individuo puede contemplar su entorno de manera distinta en días diferentes. 
  • Facilitan la interacción social. Una de las pruebas más claras se produce a través de la sonrisa. Sin duda, cuando una persona sonríe nos invita a mantener contacto con ella.
  • Sirven para regular el comportamiento de los demás, incitándoles a que respondan realizando las acciones que deseamos.

Para trabajar las emociones en Educación Infantil, lo primero que haremos será construir un ambiente en el que los alumnos puedan identificar sus emociones, experimentarlas y expresarlas con naturalidad. Algunas de las herramientas más utilizadas en el aula son: 

  • Cuentos. Algunos de los cuentos más idóneos para trabajar las emociones en esta etapa son: “La reina de los colores”, “Monstruo triste Monstruo feliz”, “fuera de aquí horrible monstruo verde”, “El pequeño Edu está enfadado”, “El monstruo de colores”, “Sentimientos” (Coco y Tula)
  • Dramatizaciones, (marionetas, juegos de imitación)
  • La expresión plástica, musical y corporal, (pintar, bailar y cantar, sesiones de yoga y relajación…)
  • Disponer de un espacio en clase dónde los niños puedan expresar sus emociones, utilizando materiales que se lo permitan como: dado de las emociones, fotografías, pictogramas, botella de la calma, colocando nuestra foto o nombre en la emoción con la que nos identificamos en ese momento, entre otros…
  • Proyecciones audiovisuales, cortos, que ayuden a entender las principales emociones.

Bibliografía recomendada:

Bisquerra, R. (2012)Orientación, tutoría y educación emocional. Editorial síntesis, S. A