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El Mundo de los Cuentos

mayo 5, 2021

¡Cuéntame un cuento! Esta frase es muy conocida para los padres y educadores de las escuelas infantiles. En la edad de 0 a 1 año, se convierte en miradas hacía la estantería de los cuentos o en señales con el dedo hacia los mismos. A los 2 años ya solicitan verbalmente esta actividad.

Los cuentos son una parte muy importante del desarrollo de los niños, les permiten empatizar con el mundo, desarrollar su imaginación y resolver conflictos.

Escuchar un cuento, con interés y disfrute, es una actividad global que favorece múltiples aprendizajes, cognitivos, lingüísticos, sociales, afectivos…Al mismo tiempo estamos sentando las bases de la iniciación a la lectura, desde el amor que trasmitimos a los libros. 

Mediante esta agradable tarea de contar historias, se estimula el lenguaje, se despierta la sensibilidad por la belleza, se les proporciona un mundo fantástico en el que los pequeños se ven reflejados, se identifican con los personajes, sienten sus emociones, las transfieren y las interiorizan. Los cuentos ayudan a trabajar la educación en valores, constituyen un gran recurso para padres y educadores.

Las historias contadas en los cuentos son muy útiles para aprender las rutinas diarias e incorporar nuevas adquisiciones, comida, control de esfínteres o llegada de un hermanito. Además, los niños aprenden a respetar y cuidarlos para que no se deterioren y se inician en el gusto por los libros desde edades tempranas.

Con los cuentos expresan y regulan sus emociones, conocen el respeto a los demás y la aceptación e integración de los compañeros.

En esta etapa de 0 a 3 años concretamente, hay que seleccionarlos cuidadosamente, han de ser adaptados a esta edad, por ello, es importante que estén basados en rimas, canciones y conceptos muy básicos representados a través de imágenes claras y sencillas, que faciliten la compresión y el disfrute de lo que puede ser un comienzo de la literatura infantil. 

CARACTERÍSTICAS DE LOS CUENTOS PARA LOS NIÑOS/AS  0-3 AÑOS.

– Deben ser bien elegidos, que estén en buenas condiciones, y que gusten.

– Portada atractiva.

– Encuadernación flexible y lavable.

– Grandes imágenes y pequeños textos.

– Historias sencillas con frases repetidas, con canciones y onomatopeyas como el sonido que emiten algunos animales, el tren…etc.

Hasta los 6 meses es adecuado utilizar libros blandos o de tela que pueda manejar sin riesgo, no hace falta que tengan letra impresa, basta con grandes ilustraciones qué a la vez que las identifican, pueden ir practicando las primeras palabras; pa-pá, ma-má, ta-ta.

De 6 a 12 meses es interesante introducir los libros-juguete, con sonidos, fáciles de manejar y con imágenes realistas, con los que puedan repetir onomatopeyas y canciones.

De 1 a 2 años empiezan a tomar importancia los textos sencillos, las imágenes deben ser familiares, con las que se pueda identificar el niño.

De 2 a 3 años los pequeños comienzan a disfrutar con las historias secuenciadas. Hay que detenerse en los detalles de cada ilustración para dialogar con ellos y motivarlos a que se expresen. Es una gran actividad para estimular su lenguaje.

INTRODUCCIÓN A LA NARRACIÓN.

Es recomendable, que se siga un pequeño ritual de comienzo y finalización de la historia al narrarla, a través de algunas canciones, rimas, retahílas, etc.

El comienzo puede ser de esta forma: “Te voy a contar un cuento, un cuento muy chiquitín, tendrás que cerrar los ojos y soñar que eres feliz. Mi cuento tiene una ola y un barco que hundido esta, un pez, una caracola y una sirena de mar”.

“Tilín, tilán, este cuento va a empezar, tilín tilón este cuento ya empezó, tapones fuera, ojos abiertos, orejas abiertas y boca cerrada con una cremallera”.

El final también es llamativo si cantamos así: “Colorín, colorado, este cuento ha acabado”

“Y colorín, colorete, por la chimenea sale un cohete”.

Contar un cuento, es una delicada tarea. Para esta aventura tendremos que emplearnos a fondo, poner diferentes tonos, suspense, sorpresa, formular preguntas que les guíen por la historia, introducir canciones, aspavientos, gestos…Si se acompaña a cada cuento de un objeto, o personaje, que los niños puedan ver y tocar físicamente, mejor.

Al contar un cuento hay que motivar. Es fundamental enseñar a imitar acciones y gestos como: dar palmadas, mandar besos, decir adiós con la mano… y seguir la historia con canciones sencillas. Así podemos ayudar a expresar el significado de cada gesto, potenciar la comunicación con los niños y niñas, hablar sobre lo que están haciendo los personajes, a dónde van a ir y qué van a ver, etc.

Es muy apropiado:

-Ampliar el vocabulario a partir de palabras que ya conoce (¿dónde está perro? aquí está el perro).

-Animar al niño a señalar y nombrar objetos familiares que aparecen en un cuento (¿qué es esto?)

-Mantener el contacto visual con el niño o niña y hablarle utilizando diferentes tonos de voz (por ejemplo, elevar el tono al hacer una pregunta).

A la hora de dormir el cuento se hace nuestro aliado para relajar el ambiente y preparar a los niños para el sueño. Es el vehículo por el que llevaremos a los pequeños a la calma, al descanso. Es un momento especial. Hay que crear un ambiente íntimo, tranquilo, silencioso, algo mágico. Las historias seleccionadas deben ser sencillas, agradables, que les relajen y den seguridad para iniciar el sueño.

RECOMENDACIONES DE TÍTULOS CONTADOS EN LA ESCUELA

“El pollo pepe”, “De la cuna a la luna”, “La oruga glotona”, “El monstruo de colores”, “Puedo mirar tu pañal”, “Todo el mundo va”, “Por cuatro esquinitas de nada”, “¿A qué sabe la Luna?”, “Cu-Cu tras” (mascotas)”, “Orejas de mariposa”, “Un bicho extraño”, “Las diez gallinas”, “Qué llega el lobo”, “El pez arcoíris”, “El cocodrilo al que no le gustaba el agua”,” Vaya rabieta”, “Por el camino”.